Un souvenir llamado GOe
La construcción del Basque Culinary Center en Manteo es un proyecto a mayor gloria de quienes entienden la ciudad como una postal o un souvenir, un producto de una línea de negocio. Porque a eso se ha dedicado el PNV con su socio, el PSE, estos años. A convertir nuestra ciudad, Donostia- San Sebastián, en un negocio en manos de unos pocos usureros.
A los distintos análisis y valoraciones que se han sucedido sobre el proyecto del Basque Culinary Center en Manteo creo necesario incorporar la línea temporal de cómo se ha realizado la tramitación que va a permitir la construcción de un edificio a mayor gloria de quienes entienden la ciudad como una postal o un souvenir, un producto de una línea de negocio. Porque a eso se ha dedicado el PNV con su socio, el PSE, estos años. A convertir nuestra ciudad, Donostia- San Sebastián, en un negocio en manos de unos pocos usureros.
Así se entiende que tras una solicitud registrada un 23 de julio de 2021 por parte de Basque Culinary Center en el ayuntamiento solicitando la cesión de la parcela de Manteo, aprobaran su tramitación en tan solo dos semanas. A priori parece algo casi orquestado entre la institución pública y una universidad privada. Alfombra roja ya en la entrada.
Desde ese primer momento, algunas, viendo lo que se avecinaba, hicimos saltar las primeras alarmas. En septiembre de 2021 le planteamos al alcalde en comisión que no era posible la cesión de la parcela por las implicaciones que tenía perder el único espacio verde que resiste en el barrio de Gros y porque además era claro que no respondía al interés público ni a las necesidades del barrio. El alcalde nos llamó a la calma y a esperar a los informes de los departamentos correspondientes. Sin embargo, ellos se dedicaron a avanzar y a tramitar un plan especial hecho a medida para construir un nuevo edificio para albergar no sólo una universidad privada elitista y prohibitiva para la mayoría social sino además un restaurante con su terracita que permitirán engordar los ingresos de la citada universidad. Y luego dicen que es “sin ánimo de lucro”.
Y en la aprobación de ese plan especial siempre dijimos que NO. No a regalar una parcela pública para un uso privativo, que da la espalda al barrio y que ignora sus necesidades, amén de tomarse a cachondeo la emergencia climática en la que está inmersa la ciudad. Dirán que reponen el 80% del arbolado, pero ¿qué hay del porte de los árboles actuales? ¿Cuántos años serán necesarios para que ejerzan la misma labor que los actuales, que no es otra que facilitar que el barrio respire?. Es más, me atrevo a decir, será imposible que el barrio respire cuando metes un mamotreto de edificio que ahoga aún más la zona. No olvidemos que Gros no sólo es el barrio más denso de la ciudad, sino que, su nivel de densidad está a la altura de la segunda ciudad más densa del mundo.
Sin embargo, y gracias al rodillo del gobierno de PNV y PSE siguieron erre que erre adelante. Y lo han hecho a pesar de lo que dicen los informes de los departamentos municipales para la cesión de la parcela, que “previamente a cualquier otra actuación resulta necesario analizar la posibilidad de destinar la parcela al uso solicitado”. Ignoraron las advertencias, ocultaron el expediente de cesión de la parcela bajo llave durante dos años y ahora nos encontramos que tramitaron un plan especial que nunca debió arrancar hasta valorar el interés público de la propuesta.
Este verano nuevamente hicieron “el agosto” y Goia entregó el regalo prometido. Una parcela gratis durante 75 años y un desembolso por parte de las instituciones públicas de 25 millones de euros.
Haizea Garay Gallastegui
Exconcejala de Elkarrekin Donostia