La coalición Sumar defiende en el Parlamento Vasco la laicidad institucional y pide evitar la participación de cargos públicos en actos religiosos

El Grupo Parlamentario Sumar ha defendido hoy en el Parlamento Vasco una proposición no de ley para garantizar la laicidad en las instituciones vascas y poner fin a la presencia de cargos públicos en actos religiosos en calidad institucional. “Las instituciones deben representar a toda la ciudadanía, no a una parte. La laicidad es una seña de identidad democrática que garantiza la libertad de conciencia y la igualdad de todas las personas”, ha afirmado Jon Hernández, parlamentario del grupo.
La iniciativa insta al Gobierno Vasco a disponer que ninguna autoridad pública o funcionario participe en calidad institucional en actos religiosos, así como a modificar los reglamentos y protocolos para que los representantes eclesiásticos no sean considerados autoridad pública ni invitados a actos de carácter civil. Además, se plantea que la toma de posesión del Lehendakari se realice mediante una fórmula laica y sin referencias a Dios, reforzando el compromiso con la pluralidad ideológica y la libertad de conciencia de todas las personas.
“Una sociedad democrática requiere unas instituciones y unos poderes públicos laicos, neutrales y separados de las confesiones religiosas. El laicismo es un componente definitorio de la causa democrática que hace bandera del respeto a todos”, ha señalado Jon Hernández, portavoz del Grupo Parlamentario Sumar. “Las instituciones y quienes las representan no pueden encarnar ni imponer códigos de conducta que solo una parte de la sociedad ha elegido libremente; esto debería poder defenderse tanto desde la izquierda como desde la derecha, porque no es más que una expresión de cultura democrática”.
Hernández ha recordado que el Tribunal Constitucional estableció en 1982 que el Estado debe abstenerse de participar en actos religiosos. “Aun así, en Euskadi seguimos viendo a representantes públicos en procesiones y misas, como en una película de Berlanga”, ha criticado. “Es una falta de respeto a la pluralidad de conciencia y un anacronismo impropio de una democracia moderna”.
“El respeto a la laicidad debe ser un principio fundamental de la acción de gobierno y la administración, porque solo el laicismo garantiza la convivencia entre personas con creencias y valores distintos”, ha afirmado el parlamentario. “El Estado no debe asumir el credo de ninguna Iglesia, sino garantizar la igualdad y los derechos de toda la ciudadanía, incluidos los ateos”.
Por último, la iniciativa de Sumar defendía que las instituciones vascas se alineen con los valores democráticos de neutralidad y pluralismo, asegurando una Euskadi verdaderamente aconfesional. “La participación de los poderes públicos en actos religiosos mantiene inercias del pasado; pedimos respeto absoluto al carácter laico que las instituciones deben cumplir”, ha concluido Hernández.



