Próximamente Donostia contará con una nueva ordenanza para regular el uso de las viviendas para su alquiler como pisos turísticos. Las formaciones políticas que firmamos este artículo: Equo, Ezker Anitza-IU y Podemos Donostia, creemos que esa ordenanza no va a servir para proteger el uso residencial y permanente de la vivienda, y así lo denunciamos en la campaña conjunta “etxebizitaSOSvivienda” que realizamos en la primavera pasada. En nuestra opinión, el gobierno local de PNV y PSE con esa ordenanza relega el interés general a un segundo plano por tres razones, principalmente.
La primera, porque la ordenanza flexibilizará lo que determina el Plan General. El gobierno municipal dice que la ordenanza limitará la instalación de pisos turísticos a la primera planta y a un máximo de metros cuadrados compartidos con otras actividades no residenciales. Consideramos que esa afirmación es falsa, puesto que esas limitaciones figuran ya en el Plan General, en base al cual se están clausurando pisos turísticos actualmente. Lo que hará la ordenanza será flexibilizar lo que dice el Plan General. En concreto, en toda la ciudad, menos en la Parte Vieja y el Puerto, podrá haber pisos turísticos en plantas altas en edificios de seis o más plantas, y en la zona menos céntrica de la ciudad, se amplia el limite de metros cuadrados autorizados que marca el Plan General. Por lo tanto está clarísimo que en lugar de limitar, la ordenanza flexibilizará la normativa actual.
La segunda, creemos que la calificación de “zona saturada” para el Puerto y la Parte Vieja se queda muy corta, ya que en el Centro, en el Ensanche Oriental y en Gros hay una fuerte presencia de pisos de uso turístico, tal y como se reconoce en algunos informes. Por ese motivo, consideramos que las zonas mencionadas deberían estar dentro de la “zona saturada”. Además, es ahí donde se concentra el mayor número de establecimientos hoteleros en edificios residenciales. Ampliar la zona saturada supone proteger la vivienda en esas zonas, y que la gente no sea expulsada de las mismas porque los pisos se dedican al negocio del alquiler turístico.
La tercera razón para oponernos a esa ordenanza es que la misma pone excesivas trabas al alquiler de una habitación o al alquiler ocasional de la vivienda durante un fin de semana o durante los días que quien vive en ella se va de vacaciones. Este tipo de alquiler de la residencia habitual y permanente puede suponer un interesante complemento económico para hogares que lo necesitan, y ha sido una actividad tradicional en la ciudad. Además, no tiene el mismo impacto en la vivienda que el alquiler de los pisos completos para uso turístico, ya que las personas siguen viviendo en sus casas. En otros términos, PNV y PSE van a meter en el mismo saco a un particular que alquila su propia residencia de forma ocasional, y a las empresas que gestionan decenas de pisos turísticos que no son residencia de nadie. Nos parece desproporcionado. Otras ciudades turísticas marcan esa diferencia en la regulación de los pisos turísticos, y no equiparan el alquiler ocasional de la vivienda habitual, con el del alquiler exclusivamente turístico.
En definitiva, si a esta ordenanza le sumamos que el Plan General permite el establecimiento de hoteles en edificios residenciales, para Equo, Ezker Anitza-IU y Podemos Donostia, el gobierno local formado por PNV y PSE parece muy ocupado en la actividad económica que representa el turismo, pero muy poco en resolver uno de los mayores problemas de la ciudadanía donostiarra: el acceso a una vivienda.
Loïc Alejandro (Equo)
Amaia Martin (Ezker Anitza-IU)
Bixente Sacristán (Podemos Donostia)